Asistimos al
preestreno en Barcelona de la nueva película de Françoise Ozon que había dejado
el escalón muy alto con su anterior y genial trabajo En la casa (2012).

Sin embargo Ozon no va a hacer carnaza de todo ello y va a dejar que sea el espectador quien juzgue, ya que sus imágenes solo se limitan a transmitir sentimientos.
El francés juega
bien la metáfora de las estaciones del año. Si bien con el verano, al inicio del filme, veíamos los
jugueteos de la chica con su amigo alemán, el salto al otoño nos la presenta ya
metida de lleno en su papel de prostituta de lujo.
La lectura de la película en este momento habla claramente de la muerte de la juventud o de la niñez. Más
que plantearlo como algo sucio el texto nos invita a pensar a cerca de las
normas establecidas socialmente. Se nos muestra a una joven que pasa las tardes
descubriendo nuevas sensaciones y experimentando con todo tipo de adultos e
incluso tomándole cariño a alguno de ellos, que parece cogerse la relación muy
a pecho (jeje, y no digo más). Con el frio del invierno la joven se retracta un
poco de sus acciones, no sin un importante motivo que descubriréis al verla. Y la primavera, pues ya lo dice el dicho... interesante el final, que
deja al espectador como durante el resto de la peli, reflexionando.
Descubrimos a la
modelo Marine Vacth que da vida a Isabelle o Lea. La chica transmite bastante
con su mirada y no vamos a negar que es joven y sobre todo bonita. Veremos como
avanza su carrera cinematográfica pero ya se presenta como una de las favoritas
en la nueva generación de actrices francesas.
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