Que Joseph Gordon-Levitt, uno de los actores
más prometedores de la nueva generación, debute tras las cámaras no deja a
nadie indiferente. Además de poseer un buen repertorio de personajes a sus
espaldas, hace alarde de un carisma que muchas veces recuerda al del gran Bruce
Willis (con el que coprotagonizó ‘Looper’ en 2012). En ‘Don Jon’ firma un guión
entretenido y con el que logra aumentar las expectativas puestas en su figura.
El filme convence con su buen arranque, con mucho ritmo y una estructura basada en la repetición correctamente utilizada que, aunque bien es cierto que puede acabar siendo cargante hacia el tramo final de la película, ayuda a dotarlo de cierto dinamismo. Se mantiene en su avance gracias a los intentos del estadounidense por salirse un poco de lo establecido en las típicas comedias románticas de Hollywood, a las que incluso se atreve a criticar, aunque de forma más sutil de lo que nos gustaría.
El filme convence con su buen arranque, con mucho ritmo y una estructura basada en la repetición correctamente utilizada que, aunque bien es cierto que puede acabar siendo cargante hacia el tramo final de la película, ayuda a dotarlo de cierto dinamismo. Se mantiene en su avance gracias a los intentos del estadounidense por salirse un poco de lo establecido en las típicas comedias románticas de Hollywood, a las que incluso se atreve a criticar, aunque de forma más sutil de lo que nos gustaría.


Levitt completa el triángulo amoroso con Esther (Julianne Moore), un personaje que podría haber dado mucho más de si. Cuando ella entra en escena parece que vaya a aportarle a nuestro protagonista la chispa necesaria para reafirmar su personalidad y potenciar, con ello, esa distinción con la que parecía perfilarse el filme. Sin embargo, todo ello se disuelve con la introducción de una parte dramática que seguramente esté de más en esta comedia. Sobraba Joseph, sobraba... Sería esta la derrapada del debutante en una interesante obra al querer rizar demasiado el rizo. Nos reiteramos en que quizá cuando todo apuntaba a que nos iba a sorprender desarrollando sus ideas más rompedoras se nos devuelve al cauce de lo más académico. No podemos olvidarnos de donde viene el filme y las restricciones que todo ello conlleva. Con más motivo, pues, hemos de señalar el trabajo de su director y sin duda recomendamos el visionado de la que es, probablemente, una de las mejores comedias estadounidenses que se pueden ver últimamente. Si bien es cierto que la competencia lo pone todo bastante fácil, con permiso del maestro Woody Allen.
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