'St. Vincent', San Bill Murray

por Carlos P. Llop (@carlospllop)
























Aprovechamos el estreno de St. Vincent (Theodore Melfi) para inaugurar un especial sobre Bill Murray (Lost in Translation, Cazafantasmas, Atrapado en el tiempo), actor que lleva a sus espaldas unos cuantos papeles interesantes que trataremos de ir repasando a partir de ahora.

En St. Vincent Murray interpreta a Vincent, un viejo solitario y cascarrabias que parece odiar al mundo y viceversa. Tras el pequeño accidente de un par de transportistas en el porche de su casa, se presentarán en su vida nuevos vecinos. Melissa McCarthy firma el dramático papel de Maggie, una madre recién divorciada que tiene que trabajar prácticamente todo el día  en un hospital para poder darle lo mejor a su hijo.  Accidentalmente tendrá que recurrir a Vincent para que cuide del pequeño Oliver, interpretado por el joven debutante Jaeden Lieberher, después del colegio. Vincent, que al principio es reacio, acabará pasando las tardes con el crio, cogiéndole incluso algo de cariño y dándole algún que otro ejemplo vital...  Con el avance de la trama veremos que al chico la compañía de Vincent le marcará más  de lo que parece. Si es que los críos son esponjas!

El hecho de contar con una trama bastante previsible no quita que estemos ante una película especial, sobre todo gracias a la brillante actuación de Murray, que consigue con ella una nueva nominación al Globo de Oro como mejor actor de comedia (este año hace doblete con su otra nominación como mejor actor secundario en un producto televisivo, en este caso por la recomendada miniserie de HBO Olive Kitteridge) aunque también podría estar perfectamente nominado a mejor actor de Drama. Y es que si algo caracteriza este film es justamente el toque de comedia dramática y su capacidad para hacerte soltar unas emotivas lágrimas y al minuto hacerte reír de forma que tengas que contener la carcajada.  Con todo, será difícil que Murray le quite el Globo de Oro a Michael Keaton. Veremos si le compensan con una merecida nominación al Oscar.  

Naomi Watts también hace un buen papel como Daka una "dama de la noche" que trabaja para Vincent, si bien es cierto que el doblaje con acento ruso queda bastante cutre, estará bien escuchar como lo hace en la versión original.  Chris O'Dowd interpreta al padre (o hermano, en este caso) Geraghty, que hace de maestro de Oliver en su nueva escuela. Su personaje sirve de motivo para meter en el guión un toque de humor con el tema de la religión donde, si bien a veces consiguen sacarte una sonrisa, quizá no hayan estado del todo acertados. La cosa daba para exprimirse un pelín más. En cuanto a la parte dramática, ayuda a justificar que la vida de Vincent sea un drama en si esa subtrama que narra la historia con su mujer, internada en un centro para mayores por problemes de salud. Lo dejamos ahí para no spoilear demasiado. Eso si, aguantad hasta el final porque los créditos tienen tela de la buena. Murray en estado puro! 
St. Vincent ha conseguido también una nominación al Globo de Oro como mejor película de comedia. La nominación es ya un gran premio para su director que será difícil que se lo lleve para casa con rivales tan “serias” como El Gran Hotel Budapest (Wes Anderson), donde Bill Murray también tiene un pequeño cameo, o la que parece que si lo ganará, Birdman (Alejandro González Iñárritu). Tanto Anderson como Iñárritu se merecen cualquier reconocimiento a estas alturas, así que por nuestra parte gane quien gane tan contentos.

Sin más dilación os dejamos con el trailer de esta obra, totalmente recomendada:


Y ahora la anécdota del día y un poco de caña al cuadrado*. 
*(Absténganse los que no conozcan el significado de las siglas V.O. y los militantes de PP. )

Acudir a la taquilla del cine, pedir una entrada para St. Vincent, peli programada en su cartelera y que, sin previo aviso, te insinúen que ha habido un problema y han tenido que suspender la proyección... preguntar si al día siguiente la pondrán y que te confiesen la triste realidad “es el rival más débil, es decir, la película que vamos a quitar en caso de necesitar un sala, porque apenas nadie ha venido a verla” y tener que marcharse indignado a otro cine y dar las gracias por poder verla doblada. Es lo que hay en el siglo XXI. Pocos empresarios se preocupan por la calidad de lo que proyectan y los que lo hacen, por desgracia, tienen que subsistir como pueden.  Si no es en una gran metrópolis como Barcelona, Madrid o Valencia quizás, ver un estreno en V.O. es una utopía, salvo rara excepción. A veces es utópico incluso el echo de poder verlo doblado, si no se trata de un blockbuster (no confundir con Ghostbusters, película protagonizada por Bill Murray). Y para Reyes llegan la Ley Mordaza y demás movidas gubernamentales.  ¿Qué proponen entonces  que hagamos los que estamos interesados en esto de la cultura, nos pillamos un billete de tren de ida y vuelta a 250 Km y una entrada con el 21% de I.V.A. para ver  una película? Desde luego, con esto de la falta de empleo, tiempo tenemos. Lo que faltan son recursos. Quizá la próxima propuesta sea subvencionar billetes del AVE para ir al cine. Mientras tanto aplaudimos desde aquí a los dueños de los cines que proyectan pelis para minorías, para tipos raros (y cuando digo raros no me refiero a gafapastas o hipsters, que no, ya no son la minoría, pero es ya es otra historia...), y  en V.O. al menos en una de sus salas, una vez a la semana. 

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